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25 de abril de 2011

EL PADRE DE LA ALQUIMIA

HERMES TRIMEGISTO. El pretender escribir sobre HERMES es de por sí un atrevimiento. Un personaje que ha simbolizado con su nombre lo más secreto, lo conocido sólo por iniciados, lo hermético, ¿puede descubrírsele?.
La primera cuestión a plantear es si existió realmente. En muchos escritos se le ha dado naturaleza divina, el dios HERMES-TOTH. Luego veremos que no es una paradoja que existiera y fuera considerado dios. Pero antes es necesario situarse en el marco adecuado para comprender esta figura mítica. Para los egipcios ocupaba un lugar semejante al de RAMA para la civilización aria.
Si existió, ¿cuándo?. La tradición nos lo ha presentado como el creador del cuerpo sacerdotal de iniciados de Egipto. Es sabido que este país fue en cierto modo gobernado siempre por una oligarquía de sacerdotes que retenían en secreto sus conocimientos teológicos, cosmogónicos y físicos, mientras que el Faraón venía a ser su representante. Éste es quizá el carácter fundamental que distingue el mundo de Egipto del de la civilización mesopotámica. En ésta, toda la organización social, a través de los tiempos de Summer, Acad, asirio y persa, se basaba en la autoridad absoluta del Rey, con una clase sacerdotal subyugada. De ahí sus colapsos periódicos hasta su destrucción definitiva por ALEJANDRO MAGNO. Sin embargo, Egipto mantiene durante milenios la misma civilización, de una altura espiritual extraordinaria, aunque siempre reservada a un cuerpo minoritario de iniciados. Incluso tras su conquista por los Hicsos en el 2200 a. C., supieron conservar su ciencia secreta, matriz de su cultura, hasta que AMOS, nacido de sus templos, consiguió expulsar a los invasores 900 años después. En conjunto, Egipto produce una enorme sensación de estabilidad, de eternidad, transmisora de conocimientos inmemoriales. De los que se fecundó el pensamiento de gigantes como 0RFEO , MOISÉS, PITÁGORAS O PLATÓN.
La antigüedad de la formación de la doctrina sacerdotal egipcia es enorme. Sus iniciadores fueron los que construyeron la Esfinge de Giseh. En una inscripción referida a la IV dinastía faraónica hay una referencia a la misma en la que se cuenta que su construcción se perdía en la antigüedad. Por entonces la Esfinge fue encontrada enterrada en la arena. Si consideramos que la IV dinastía está fechada alrededor de 4000 a.a.C., ya se podrá juzgar sobre el momento de su construcción. Por aquel entonces las olas del mar batían cerca de su base y todavía no se había formado el Delta del Nilo.
Pero hay otro aspecto a considerar respecto a la Esfinge. Ésta está formada por una cabeza de hombre que corona un cuerpo de toro, provisto de garras de león, y a sus lados dos alas de águila. Es decir, los cuatro animales reyes de la creación, los mismos que vemos en la visión de EZEQUIEL, los que simbolizan los cuatro Evangelistas. La Esfinge era, pues, un símbolo perfecto de la Cuaternidad, de la unión de los cuatro elementos que forman el mundo, aire, fuego, agua y tierra. En suma, un símbolo de todo el Universo, de Dios con lo creado. Su construcción supone, por consiguiente, que ya estaba en su madurez una elevadísima concepción del mundo y del hombre, que necesariamente tuvo que llevar muchos siglos en su elaboración, probablemente mucho más allá del 5º milenio.
La figura de HERMES está, pues, referida a esas remotas épocas. Es lógico que se ponga en duda su existencia. Pero una teología cosmogónica tan depurada como la desarrollada por los sacerdotes egipcios es casi inconcebible que naciera espontáneamente sin la presencia de un gran místico-visionario del mismo nivel que RAMA, KRISNA O BUDA. Así que, probablemente, existió. Lo apoya una persistente tradición mantenida durante milenios por los egipcios, por la tradición griega que nunca dudó de su existencia, y por la recogida por todos los alquímicos que en el mundo han sido, que lo consideran su precursor.
El  nombre de HERMES  se ha ampliado en su significación con el tiempo, viniendo a simbolizar una doble trinidad: 

( Primera Parte )

HORUS

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